Fútbol ¡Oh deporte rey que causa pasiones inusitadas en todo el mundo! Como he mencionado en algún lugar de mi blog (un premio a quién adivine dónde), soy una apasionada del fútbol. Y soy tan “fiebrúa” con el fútbol, que una vez me dio hasta con meterme en clases de fútbol. Sí, quise decir clases no práctica o entrenamiento. Clases porque era (y sigo siendo) pésima. Una de las perlas de sabiduría futbolística que me enseñaron en la polvorienta cancha de la UASD era a exagerar, a allantar. Antes de un juego importante, el ayudante de la entrenadora le dijo un día al equipo: “Si uté siente que lo tocan, TÍRESE AL SUELO Y ALLANTE”. Al principio creí que el ayudante estaba relajando, pero 5 minutos después, lo cojí enserio cuando vi a una de mis compañeras literalmente rodar por el piso después que una de las defensas del equipo contrario la amagara para quitarle la pelota. Y me da pena decirlo, pero el fútbol está lleno de esta conducta antideportiva. Casi en todos los partidos se puede ver a alguien fingiendo o exagerando una falta. El fútbol es 45% pasión, 45% talento y 10% actuación. ¡Solo hay que buscar piscinazo o dive en youtube para darse cuenta!
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